El 15 de mayo las tropas republicanas lograron entrar a la capital queretana. Maximiliano de Habsburgo y los Generales Tomás Mejía y Miguel Miramón se replegaron hacia el Cerro de las Campanas, sin embargo debido al constante ataque republicano decidieron entregarse. El Archiduque fue juzgado por un Consejo de Guerra, que lo sentenció a muerte junto con sus dos acompañantes, condena que se ejecutó a las siete de la mañana del 19 de junio de 1867. Con la derrota del Imperio de Maximiliano de Habsburgo la República resurgió, consolidando el principio de la soberanía de la nación mexicana.